Berlín | 19 de mayo de 2025
Detrás de una puerta de acero de 75 centímetros de grosor, en una instalación de alta seguridad en Baviera, se cultiva silenciosamente una revolución. Técnicos con batas, redes para el cabello y mascarillas recortan cuidadosamente flores secas de cannabis, en una operación que está transformando el sistema de salud alemán y desafiando normas jurídicas establecidas.
La empresa farmacéutica Cantourage, con sede en Berlín, lidera este cambio. Importa cannabis medicinal desde Jamaica, Nueva Zelanda y Uganda, y sus ingresos crecieron un 118 % en 2024, alcanzando los 51,4 millones de euros.
Su objetivo es claro: ofrecer tratamientos a base de cannabis seguros, certificados y eficaces para pacientes con dolor crónico, epilepsia, insomnio, cáncer y cuidados paliativos.
“Estamos comprometidos con los estándares más altos de seguridad, tanto para nuestros empleados como para nuestros productos”, afirma su CEO, Philip Schetter, mientras muestra el área de almacenamiento fortificada como si fuera una cámara acorazada.
Más que un estigma: el cannabis como medicina eficaz
En Alemania, el cannabis medicinal está disponible con receta médica desde 2017. Pero la reforma legal de 2024 lo hizo más accesible, lo que disparó la demanda. Según datos de la plataforma médica Bloomwell, las farmacias alemanas dispensaron más de un 1.000 % más recetas en diciembre en comparación con marzo del año anterior.
A diferencia del mercado ilegal, donde la calidad y la pureza son inciertas, Cantourage garantiza que sus productos estén analizados en laboratorio, libres de contaminantes y con dosis precisas.
“En el mercado negro, no sabes lo que compras. Muchas veces ni siquiera es cannabis real”, advierte Schetter.
Sus productos, con nombres llamativos como “Frosted Cookies”, “Lemon Berry Candy” y “Chemdawg”, buscan conectar con los pacientes y facilitar el uso terapéutico. Cada variedad se asocia con un perfil específico de cannabinoides y efectos clínicos.
“No somos una farmacéutica tradicional. Somos jóvenes y creativos. Y a veces, la línea entre uso medicinal y recreativo es muy delgada”, explica el director.
Choque político: legalización bajo la lupa
El cambio legal no fue bien recibido por todos. El nuevo canciller conservador Friedrich Merz y el primer ministro bávaro Markus Söder criticaron la reforma, calificándola de “vergüenza nacional” y amenazando con aplicarla “de la forma más estricta posible”.
A pesar de ello, el gobierno de coalición ha optado por una evaluación abierta, sin revertir directamente la ley.
Schetter mantiene la calma:
“Somos una farmacéutica. Fabricamos medicamentos y los distribuimos a farmacias”, dice. Incluso si se revierte parcialmente la legalización, el modelo de negocio de Cantourage seguiría funcionando.
De hecho, Schetter cree que la revisión podría incluso impulsar una legalización completa en el futuro.
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