Una amplia investigación respaldada por el Ministerio de Salud de Japón y la Asociación Clínica Japonesa de Cannabinoides cuestiona uno de los pilares de las políticas antidrogas tradicionales: la idea de que el cannabis lleva inevitablemente al consumo de sustancias más peligrosas. Según el estudio, el cannabis no actúa como droga de entrada en el contexto japonés.
El informe, publicado en la revista Neuropsychopharmacology Reports, se basa en una encuesta anónima realizada a 3.900 personas que habían consumido cannabis alguna vez en su vida. Los resultados revelan que, en la mayoría de los casos, el alcohol y el tabaco preceden al uso de marihuana, y que son pocos quienes luego avanzan hacia otras drogas ilegales.
En duda el mito de la droga de entrada
Casi la mitad de los encuestados que identificaron el cannabis como su tercera sustancia reportaron que no probaron ninguna otra droga posterior. Los investigadores subrayan que factores como la edad, el nivel educativo y la situación socioeconómica influyen mucho más en los patrones de consumo que el hecho de haber probado marihuana.
“Nuestros datos no respaldan la idea de que el cannabis desencadene el consumo de otras drogas,” afirman los autores. “Es el contexto social y la dureza de las leyes lo que parece moldear los caminos de consumo.”
Lo que dicen los números
El análisis estadístico arrojó las siguientes probabilidades de consumo tras haber probado cannabis:
- Alcohol: 1,25
- Tabaco: 0,77
- Metanfetamina: 0,08
- Otras drogas ilegales: 0,78
Estas cifras muestran una baja probabilidad de progresión hacia sustancias más duras. Aunque el 10,4 % de los consumidores de cannabis dijo haber probado metanfetamina (frente al 0,5 % de la población general), el estudio no logró establecer una relación causal.
Factores compartidos, no causalidad directa
Los resultados respaldan la llamada teoría de la vulnerabilidad común, según la cual ciertos factores genéticos, psicológicos o sociales predisponen a algunas personas a consumir múltiples sustancias —sin que una droga conduzca inevitablemente a otra.
En el caso japonés, las leyes muy restrictivas podrían incluso aumentar el riesgo de exposición a otras drogas, ya que cannabis y sustancias más peligrosas circulan en los mismos mercados ilegales. En este escenario, el supuesto “efecto puerta de entrada” tendría más que ver con la regulación que con el cannabis en sí.
Además, los usuarios encuestados mostraron un menor uso de medicamentos legales, como benzodiacepinas, lo cual contradice la imagen del consumidor propenso al policonsumo.
Limitaciones del estudio y próximos pasos
Los investigadores advierten que el estudio se basa en una encuesta online y voluntaria, y que solo participaron personas que ya habían consumido cannabis en algún momento. Por eso, proponen realizar estudios longitudinales más amplios a nivel poblacional para confirmar los hallazgos.
Aun así, las conclusiones actuales son claras: no hay evidencia que respalde la teoría del cannabis como droga de entrada en Japón.
Este informe se suma a una creciente colección de estudios que desafían mitos arraigados sobre la marihuana. Si quieres seguir explorando lo que dice la ciencia, te recomendamos leer sobre por qué los tests de aliento no funcionan bien con comestibles, cómo el CBD puede aliviar los síntomas de las enfermedades inflamatorias intestinales, o descubre cómo la luz infrarroja puede aumentar los niveles de THC en el cannabis.