El cannabis y el CBD, una ayuda real para quienes viven con enfermedades inflamatorias intestinales
Un nuevo estudio respaldado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) ha revelado que tanto la marihuana como el aceite de CBD pueden ofrecer un alivio real de los síntomas en personas que padecen enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa. La investigación, realizada por la Universidad Case Western Reserve, se basa en encuestas a pacientes reales y destaca el potencial terapéutico de los cannabinoides en contextos médicos.
Menos dolor, menos ansiedad y menos náuseas: lo que reportan los pacientes
De los 139 participantes en el estudio, 106 padecían EII. Entre ellos, el 54% afirmó haber usado marihuana y el 41% había consumido aceite de CBD con fines médicos. ¿El resultado? Un número importante reportó mejoras claras en síntomas como dolor abdominal, estrés, ansiedad, depresión y vómitos.
Los datos clave:
- El 63% de los consumidores de marihuana consideró que fue “algo”, “muy” o “extremadamente” beneficiosa.
- El 57% opinó lo mismo sobre el CBD.
- El 19,4% redujo su uso de opioides,
- Y el 14,5% experimentó remisión de la enfermedad vinculada al consumo de cannabis o CBD.
Percepción de eficacia comparable a los fármacos convencionales
El estudio indica que muchos pacientes consideran el cannabis y el CBD tan efectivos como medicamentos tradicionales, como los corticosteroides o los inmunosupresores. Aunque esto se basa en percepciones personales, demuestra una tendencia creciente a incorporar tratamientos naturales y complementarios dentro del manejo clínico de la EII.
También se detectó una diferencia entre uso a corto y largo plazo:
- El 37% usó marihuana para aliviar síntomas agudos,
- El 26% usó CBD con el mismo propósito.
En cambio, el uso prolongado fue menor: 23% en el caso del cannabis y 18% en el del CBD.
¿Por qué los pacientes recurren al cannabis?
Las razones son variadas, pero el factor común es el deseo de mejorar la calidad de vida y reducir la dependencia de medicamentos con efectos secundarios severos. En muchos casos, el cannabis no es un reemplazo total, sino un complemento útil que mejora el control de los brotes y los síntomas.
Conclusión: evidencia de uso real, pero falta respaldo clínico
Aunque los autores subrayan que estas conclusiones se basan en autoevaluaciones de pacientes y no en ensayos clínicos controlados, el mensaje es claro: existe una percepción creciente de que el cannabis y el CBD son opciones terapéuticas válidas. El estudio abre la puerta a futuras investigaciones clínicas más rigurosas para comprobar científicamente lo que muchos pacientes ya experimentan.
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