El mercado global del cannabis medicinal está viviendo una expansión sin precedentes y se estima que alcanzará los 87.400 millones de dólares estadounidenses en 2030, según un informe de Research and Markets. Este crecimiento representa una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 20,51 %.
Los principales impulsores de este auge son el aumento de la financiación pública, un mayor número de proyectos de investigación y desarrollo, y la creciente aceptación social y médica del cannabis terapéutico en diversas regiones del mundo.
El cannabis medicinal hace referencia al uso de la planta de cannabis, o sus derivados –como el THC y el CBD–, con fines terapéuticos. Su aplicación médica abarca una amplia gama de patologías, incluyendo dolor crónico, ansiedad, epilepsia y náuseas provocadas por tratamientos oncológicos. La evidencia científica que respalda su eficacia sigue aumentando, y con ello, su incorporación a los sistemas de salud.
Uno de los motores clave de este crecimiento es la legalización progresiva a nivel mundial. Países como Australia, Canadá y Alemania, junto con numerosos estados de EE.UU., han implementado marcos regulatorios que permiten y controlan el uso médico del cannabis. Esto está cambiando la percepción general: de una sustancia estigmatizada a un producto terapéutico con alto potencial.
Además del panorama global, diversos desarrollos regionales e internacionales siguen marcando el ritmo del sector. En Estados Unidos, estados como Nuevo México enfrentan desafíos regulatorios relacionados con los derechos sobre el uso del agua para el cultivo de cannabis. En África, Ruanda avanza con paso firme, construyendo una instalación para cannabis medicinal que estará operativa en 2025. Por otro lado, la cooperación internacional se fortalece, como lo demuestra la reciente misión comercial entre Canadá y Tailandia, que marca una nueva etapa de colaboración y comercio transfronterizo.
