Legal pero excluido: el dilema de las empresas de cannabis en EE.UU.
Iniciar un pequeño negocio ya es, de por sí, un desafío. Pero cuando ese negocio se mueve dentro de la industria del cannabis en Estados Unidos, el reto se multiplica. Aunque el producto sea legal en muchos estados, las trabas federales lo mantienen fuera del sistema financiero tradicional.
Erin Gore, fundadora de la marca californiana Garden Society, lo vive en carne propia. En una entrevista para el pódcast The Big Idea de Yahoo Finance, compartió las dificultades reales de construir una empresa sin acceso a servicios bancarios básicos.
“No tenemos crédito. Nos niegan planes de pensiones para los empleados, no podemos acceder a financiamiento para equipos o hipotecas, e incluso nos cierran las cuentas personales”, explicó.
En 2024, la industria del cannabis fue valorada en 38.500 millones de dólares. El cannabis medicinal es legal en 39 estados, y su uso recreativo está permitido en 24. Sin embargo, sigue clasificado a nivel federal como una droga de categoría I, lo que disuade a los bancos de ofrecer sus servicios a las empresas del sector, por miedo a sanciones o violaciones de leyes contra el lavado de dinero.
Creatividad financiera como tabla de salvación
Al no poder acceder a líneas de crédito, Gore ha tenido que apoyarse en una gestión rigurosa del flujo de caja para mantener su empresa a flote.
Un inversionista le preguntó alguna vez por el tiempo de su ciclo de caja: cuánto tarda desde que invierte en un producto hasta que recupera el dinero. En el caso de los productos de su propia marca, Gore calcula que ese ciclo dura alrededor de 160 días en el mejor de los casos.
Para acortar ese plazo, empezó a fabricar productos para otras marcas, cobrando por adelantado los costes de producción y materiales. Así, no solo redujo el tiempo de espera para recuperar efectivo, sino que también abrió nuevas vías de ingresos.
“Pude cubrir mis gastos fijos y reinvertir en mi marca. Tener varios canales de ingreso fortaleció el flujo de caja y la rentabilidad del negocio”, afirmó.
Hoy, Garden Society es una de las principales marcas de cannabis en California. Pero la falta de protección legal sigue siendo una amenaza. Cuando uno de sus distribuidores quebró de forma repentina, le quedó debiendo casi medio millón de dólares. Y al operar en una industria no protegida por la ley de bancarrotas, ella no pudo recuperar nada.
“No tengo acceso al crédito, dependo de ese dinero para pagar nóminas. No puedo acudir a un banco, solo a mis inversores.”
La batalla por una reforma legislativa
Gore no se limita a adaptarse al sistema: también trabaja activamente para cambiarlo. Durante casi una década ha participado en procesos legislativos a nivel local, estatal y federal para impulsar una regulación más realista.
En 2023, se presentó en el Congreso el SAFER Banking Act, una propuesta legislativa que protegería a las instituciones financieras que trabajen con empresas de cannabis en estados donde es legal. Pero, como muchas otras iniciativas, el proyecto se encuentra estancado.
“Estamos construyendo el avión mientras lo volamos”, dice Gore. “Y nadie mejor que el empresario para ayudar a redactar las reglas.”
Su historia representa la de toda una industria que crece rápidamente pero sigue atrapada por leyes obsoletas. En este contexto, la resiliencia, la adaptabilidad y la creatividad no son cualidades deseables: son esenciales para sobrevivir.
“La gente subestima cuánto hay que adaptarse y estar dispuesto al cambio.”
Más allá de las finanzas: tendencias de consumo, expansión médica y tensiones legales
Las dificultades financieras son solo una pieza del rompecabezas. En 2025, la industria del cannabis está evolucionando a gran velocidad. Cambios en los hábitos de consumo están marcando el camino: nuestro análisis sobre las diferencias de género en el consumo de cannabis muestra cómo hombres y mujeres usan el cannabis de manera distinta, lo que impacta en marketing, producto y comunicación.
A la vez, el mercado del cannabis medicinal apunta a un crecimiento significativo hacia 2030, abriendo nuevas oportunidades de inversión. Sin embargo, este auge también genera tensiones legales, especialmente en regiones como Asia, donde las políticas fluctúan. Ejemplo de ello es Tailandia, que tras un periodo de apertura está endureciendo las leyes sobre cannabis, lo que complica la planificación de empresas con aspiraciones internacionales.
Preguntas frecuentes (FAQ) – Cannabis y acceso financiero
¿Por qué las empresas de cannabis no tienen acceso a bancos en EE.UU.?
Porque a nivel federal el cannabis sigue siendo ilegal. Aunque los estados lo permitan, los bancos temen sanciones por violar leyes federales, especialmente las relacionadas con el lavado de dinero.
¿Qué es el SAFER Banking Act?
Es un proyecto de ley que busca ofrecer protección legal a los bancos que trabajen con empresas de cannabis legales en sus estados. Su aprobación abriría el camino a servicios financieros esenciales como créditos, cuentas y seguros.
¿Cómo sobreviven las empresas sin financiamiento tradicional?
Mediante estrategias como la fabricación por contrato (donde otras empresas pagan por adelantado), la inversión privada y una gestión estricta del flujo de caja.
¿Estos problemas también afectan a otros países?
Depende del contexto local. En algunos países hay avances (como en Canadá), pero otros —como Tailandia— están endureciendo sus políticas, lo que demuestra lo complejo que es operar globalmente en este sector.
